Este año será recordado por mucho tiempo como 12 meses aparentemente interminables llenos de desafíos diarios. Pero también pasará a la historia como un año en el que muchas organizaciones comunitarias, gente común y fundaciones respondieron a la altura de las circunstancias. Juntos, nos hemos enfrentado:
al mortal coronavirus
a los horrores de las separaciones de familias y los campos de refugiados en la frontera entre EE.UU. y México
a las crueldades contra los migrantes detenidos, incluida la falta de atención médica
a los devastadores huracanes que azotaron Centroamérica
Este informe describe cómo HIP y las organizaciones socias con las que trabajamos a nivel local en migración y desplazamiento forzado respondimos rápidamente y demostrando nuestro compromiso inquebrantable de apoyar a soluciones guiadas por miembros de la comunidad. En todo momento nos enfocamos en las más afectadas por las múltiples crisis que se sucedieron de un mes a otro.
Con una representación desproporcionada en empleos como el procesamiento de alimentos, la agricultura, la construcción, el cuidado de menores y otros trabajos esenciales, tanto latinas y latinos en los Estados Unidos así como muchos en América Latina siguen estando en alto riesgo de contraer el coronavirus. Hemos identificado las disparidades de COVID-19 en toda América, así como las respuestas de nuestros socios. Semillas TN, una organización Latina con sede en Tennessee que trabaja con personas empleadas de hoteles, de restaurantes y con obreros en gran parte indocumentados, distribuyó 1,500 mascarillas junto con vídeos educativos de concientización sobre la COVID-19 en español, en lenguaje de señas americano y en Maya Mam. Como nos dijo el cofundador de Semillas, Moisés Rodríguez Cruz, “Aunque las horas de trabajo se redujeron, seguimos trabajando porque tenemos que cuidar de nuestras familias”. Debido a que muchos trabajadores esenciales carecen de estatus migratorio, se les negó la ayuda federal o local, obligándolos a “estirar” su dinero al máximo, añadió Moisés. Los fondos de HIP sirvieron de ayuda para que Semillas y otras 100 organizaciones similares pudieran otorgar subsidios en efectivo a los trabajadores esenciales en los Estados Unidos y Puerto Rico.
En México, la organización donataria de HIP, Tlachinollan, una organización indígena de derechos humanos, se movilizó rápidamente para apoyar a personas trabajadoras agrícolas y jornaleras, los miembros más vulnerables de su comunidad y la mayoría de los cuales son indígenas. Tlachinollan proporcionó servicios médicos, alimentos y llevó a cabo actividades de difusión en las comunidades vulnerables sobre cómo mantenerse protegidas. El Fondo de Migración de Respuesta Rápida COVID-19 de HIP, el cual iniciamos para ayudar a las organizaciones que brindan servicios y defensa a migrantes, ayudó a Tlachinollan a cubrir gastos imprevistos.
Durante muchos años, un gran número de migrantes han convertido a Centroamérica en su hogar. Muchos de ellos habían intentado llegar a México y a los Estados Unidos o eran ciudadanos repatriados que habían sido deportados de esos países. Otros han emigrado de países vecinos. Costa Rica ha sido por mucho tiempo un destino para los migrantes nicaragüenses, donde tiene su sede la organización binacional Enlaces Nicaragüenses. HIP apoyó los programas de prevención, atención médica y cuidado pos-tratamiento para COVID-19 de Enlaces que se ofreció a las personas que perdieron a sus seres queridos por el coronavirus. “La crisis humanitaria de salud fue algo sin precedentes”, dijo Quxabel Cárdenas, Directora de Enlaces. “Miles de mujeres migrantes indocumentadas en Costa Rica y sus familias perdieron su trabajo, fueron presa del hambre, se arriesgaron a perder sus hogares y las vidas dignas que habían conseguido durante años de esfuerzo”. El apoyo de HIP pudo brindarles alimentos, productos de higiene y protección personal. Quxabel añadió: “Ahora podemos seguir organizando, movilizando y amplificando las voces de estas mujeres y niños en el ámbito político para exigir la integración social y la igualdad”.
A pesar de que la migración venezolana es una de las mayores movilizaciones humanas del mundo, la financiación para aliviar esta crisis sigue estando rezagada. Los datos de Respuesta a los Venezolanos muestran que sólo se ha financiado el 44% de la ayuda necesaria para los migrantes venezolanos, estimada en 1,400 millones de dólares. Este tema toca muy de cerca a la familia de HIP. Amalia Brindis Delgado, nuestra Vicepresidenta Asociada de Estrategia, ha estado enviando paquetes de sardinas, mantequilla de maní y lámparas solares a su familia en la región de Los Llanos de Venezuela para ayudar a cubrir la escasez.
Para aumentar la visibilidad e involucrar a otros financistas, HIP lanzó el Venezuelans Moving Forward Fund. Hasta ahora, el Fondo ha otorgado 117,500 dólares a nueve organizaciones de base comunitaria o dirigidas por migrantes que han respondido a la crisis de COVID-19 en Chile, Brasil, Colombia y a través de redes en todo el continente americano. Nuestro socio con sede en Brasil, Migraflix, proporciona capacitación empresarial y microcréditos a refugiados e inmigrantes, incluidos los venezolanos. Ellos y ellas forman parte de los servicios de catering (o restauración) empresarial de Migraflix, que ofrecen platillos y experiencias culturales de los países de origen de los inmigrantes. Sin embargo, cuando la demanda de servicios de catering se desplomó debido a la pandemia, Migraflix creó un servicio de entrega de alimentos a domicilio, lo que les permitió seguir ofreciendo oportunidades de trabajo a los inmigrantes y refugiados. El fundador y director ejecutivo de Migraflix, Jonathan Berezovsky, también señaló que “cuando la Covid llegó a Brasil pensamos que podíamos seguir aumentando nuestros programas de emprendimiento para los inmigrantes haciendo que nuestros módulos de capacitación estuvieran disponibles a través de una plataforma móvil”. Debido a que a este nuevo formato le faltaba el componente humano no estábamos llegando a los migrantes. Así que nos cambiamos a un modelo de aprendizaje híbrido que tiene una mezcla de actividades virtuales y presenciales”. Ahora parece que si vamos por buen camino”.
Este año, ampliamos nuestro trabajo para hacer que las voces, el liderazgo y las experiencias de las comunidades indígenas, la comunidad LGBTQ y negras sean más fuertes. A medida que los Estados Unidos iniciaban un largo proceso de profunda reflexión sobre el racismo contra los negros tras el asesinato de George Floyd, HIP aumentó sustancialmente nuestro compromiso con las comunidades Afro-Latinas. Al mismo tiempo, a pesar de la subyugación y la explotación a las que se han enfrentado los pueblos indígenas durante más de 500 años, siguen mostrando con el ejemplo cómo los seres humanos pueden vivir en equilibrio con nuestro planeta incluso en medio de una pandemia.
Colaboramos con varias organizaciones nuevas que trabajan en el ámbito de la interseccionalidad en comunidades negras, migrantes y LGBTQ de los Estados Unidos, incluido el Black LGBTQ+ Migrant Project, que tiene su sede en el Transgender Law Center. También nos asociamos con Haitian Bridge Alliance, una organización trinacional que apoya a los solicitantes de asilo caribeños, africanos y afrolatinos que se encuentran en centros de detención de los Estados Unidos o que esperan trámites de inmigración en la frontera con México. El apoyo de HIP permitió a Haitian Bridge Alliance ayudar a refugiados como “Christie”, quien recientemente hizo el viaje a los Estados Unidos desde Venezuela con sus hermanos y padres. Después de tres décadas de asilo en Venezuela por la persecución política en Haití, llegaron a la frontera de EE.UU., donde se detuvo a la familia. Christie, que había cumplido 18 años sólo unos días antes, fue separada de su familia. Aislados en un centro de detención de adultos en Louisiana, no tenían acceso a los servicios básicos. La asistencia en efectivo y la persistente defensa de Haitian Bridge Alliance hicieron posible que Christie hiciera depósitos en su cuenta del economato y finalmente pudiera reunirse con su familia en Nueva Jersey.
En Guatemala, nuestro socio Pop No’j ayuda a personas migrantes mayas a reintegrarse al país después de ser deportados de los Estados Unidos o México. El director de Pop No’j, Juan José Hurtado, compartió: “Nuestra respuesta contra la COVID se ha centrado en hacer frente al aumento del hambre. Hemos desarrollado huertas familiares para contribuir a la seguridad alimentaria de las familias”. HIP les ha ayudado a realizar actividades de difusión entre los miembros de la comunidad en sus propias lenguas indígenas, creando conciencia sobre los derechos de los migrantes a regresar a sus lugares de origen con seguridad y dignidad.
El cambio climático y la pandemia mundial tuvieron un desafortunado encuentro en noviembre, cuando Centroamérica sufrió trágicamente la llegada de dos huracanes consecutivos en una escala sin precedentes. Inmediatamente, los socios beneficiarios de subvenciones en Guatemala, Honduras y Nicaragua compartieron información con el personal de HIP sobre la devastación que estaban presenciando. En las 48 horas siguientes al primer huracán, lanzamos el Fondo de Respuesta a Huracanes en Centroamérica teniendo de copatrocinadores a LULAC, el Instituto del Caucus Hispano del Congreso, YWCA y la Fundación de la Herencia Hispana. Nuestra capacidad de responder tan rápidamente es una prueba de la fortaleza de nuestra red de financistas y organizaciones socias en Centroamérica. HIP inició la convocatoria para recibir donaciones públicas con nuestra propia donación de $50,000 dólares y con una sesión informativa para los donantes titulada “Movilización de ayuda para los damnificados por los huracanes en Centroamérica“, con oradores de Centroamérica y miembros de la diáspora que viven en los Estados Unidos.
En el transcurso de 2020, el Programa de Migración y Desplazamiento Forzoso de HIP otorgó 2 millones de dólares en subvenciones a más de 100 organizaciones de todo el continente americano que prestan servicios a migrantes, refugiados y solicitantes de asilo. Aumentamos nuestra estrategia para otorgar subvenciones durante todo el año, al tiempo que lanzamos múltiples fondos de respuesta rápida de emergencia, entre ellos el Fondo de Respuesta Rápida COVID-19, el Fondo Esencial que presta asistencia a los trabajadores latinos esenciales con otros 2 millones de dólares y el Fondo de Respuesta a Huracanes en Centroamérica, con fondos de respuesta rápida por un total de $735,000 dólares.
Nos motiva la fuerza y el liderazgo de nuestras comunidades para superar el dolor y la devastación causados por la pandemia, los desastres naturales y las persistentes injusticias raciales y sociales. Lo que aprendemos diariamente de nuestros socios y aliados ayuda a diseñar nuestras estrategias filantrópicas.
HIP agradece a los socios que financian nuestro trabajo de Migración y Desplazamiento Forzado, incluyendo los Programas de la Familia Casey, la Fundación C.S. Mott, el Fondo de los Hermanos Rockefeller, el California Endowment, la Fundación David y Lucile Packard, la Fundación Ford, la Fundación Open Society, la Fundación Tinker, así como otros que prefieren permanecer en el anonimato.
En 2021, seguiremos ampliando nuestra red transnacional poniendo especial atención a México, Centroamérica y América del Sur. Serviremos de coordinadores, conectores y fuente experta de información sobre la migración en las Américas, y contribuiremos a la capacidad de nuestros beneficiarios de crear soluciones sostenibles a largo plazo.
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